Apreta el E-mail.

Este título causaría risa al conocedor de una “talla” que le paso a una persona de nuestra ciudad; lo que sucedió es que encontrabanse caminando por la playa de un conocido balneario de nuestra zona dos jóvenes, mujeres, las cuales se maravillaban con la vista del lago y todo ese cuento, que es mejor no profundizar por miedo a mentir, ya que en realidad lo que hacían era pasearse para ver si pillaban a algún macho atractivo. Bueno sin mas rodeos, sucedió que de improviso a una de ellas le repica el celular, con moviendo rápido y sin dejar de lado su femineidad y el estilo que predicaban en ese momento, por la motivación ya descrita, lo coge y procede a contestar, cuando se da cuenta la amiga de ésta de sus problemas para recibir la llamada, ya sea por su desconocimiento de las funciones de tanto botón o por el solo echo de que estaba estrenando el aparato ya que nunca había tenido uno y ahora “se lleva” y si no tienes ya es raro, es que le grita en forma desesperada “Apreta el e-mail”, por supuesto las risas no esperaron, no soporto y huyeron del lugar, dejando de tras de si una infaltable conversación (pelambre) y una talla recordable.
Esta historia me hace no sólo valorar el humor chileno, que aprovechándose de circunstancias cotidianas que solo vieron unas pocas personas y que ahora saben todos, logra resumir lo tan rápido que la tecnología se desarrolla y nos alcanza, que a veces ni siquiera pensamos en comprar algo por que de verdad nos sirve, si no, por que “se lleva”. A estos celulares de ahora solo les falta un cenicero (si sale alguno cobrare por la idea); lo mismo sucede con cualquier otro artefacto, que si lo pensamos bien, pagamos una serie de características que no usaremos nunca.
En resumen mi llamado no es a no comprar, si no , mas bien a que nos fijemos para que queremos y cual será la utilidad real de cada cosa , en ves de pagar grandes sumas por características que realmente no nos serán útiles y por ultimo si los adquirimos informemos por ultimo como se usa y no los llevemos por el solo hecho de que esta de moda.